De la mano de la literatura recorreremos aquellos lugares que han sido protagonistas de novelas, algunas imaginarias otras basadas en hechos reales y que nos ofrecen una visión de las ciudades según la época que recrean.
Pero no sólo pasearemos de la mano de la literatura, el cine o el teatro o la música también serán protagonistas en este “paseo” que realizaremos semanalmente.
Plaza de San Marcos. Canaletto. 1729 |
Nos acompañará en este recorrido por la historia de las ciudades vista desde el Arte, escritores, pintores, directores y diferentes personas vinculadas con el mundo del arte que darán su visión sobre los ambientes y esferas por los que paseemos.
Italo Calvino decía en su libro: Ciudades Invisibles:
No es que Kublai Kan crea en todo lo que dice Marco Polo cuando le describe las
ciudades que ha visitado en sus embajadas, pero es cierto que el emperador de los tártaros
sigue escuchando al joven veneciano con más curiosidad y atención que a ningún otro de sus
mensajeros o exploradores. En la vida de los emperadores hay un momento que sucede al
orgullo por la amplitud desmesurada de los territorios que hemos conquistado, a la melancolía
y al alivio de saber que pronto renunciaremos a conocerlos y a comprenderlos; una sensación
como de vacío que nos acomete una noche junto con el olor de los elefantes después de la lluvia
y de la ceniza de sándalo que se enfría en los braseros; un vértigo que hace temblar los ríos y
las montañas historiados en la leonada grupa de los planisferios, enrolla uno sobre otro los
despachos que anuncian el derrumbarse de los últimos ejércitos enemigos de derrota en
derrota y resquebraja el lacre de los sellos de reyes a quienes jamás hemos oído nombrar, que
imploran la protección de nuestras huestes triunfantes a cambio de tributos anuales en
metales preciosos, cueros curtidos y caparazones de tortuga; es el momento desesperado en que
se descubre que ese imperio que nos había parecido la suma de todas las maravillas es una
destrucción sin fin ni forma, que su corrupción está demasiado gangrenada para que nuestro
cetro pueda ponerle remedio, que el triunfo sobre los soberanos enemigos nos ha hecho
herederos de su larga ruina. Sólo en los informes de Marco Polo, Kublai Kan conseguía
discernir, a través de las murallas y las torres destinadas a desmoronarse, la filigrana de un
diseño tan sutil que escapaba a la mordedura de las termitas.
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